domingo, 13 de julio de 2008

Y el arnés me ultrajó.



Hace unos meses fui persuadido de asistir a Fuerza Bruta (una suerte de performance locochón). Al llegar al lugar del evento fui confrontado por la majestuosa pared que pueden ver en la foto, y, como también pueden ver, procedí a treparla.
Si lo hubiera logrado en menos de diez segundos habría ganado una camiseta.

No gané la camiseta y sí resulté levemente humillado, pero, por razones que al menos hoy no puedo recordar, me gustó.

Hace unos días mi abogado me pasó éste link http://www.grupoexpedicionario.com.mx/html/ini01.html y me envió una presentación en pdf que versaba sobre un curso de "escalar". Tras revisar cuidadosamente toda la información llegué a la conclusión de que se trataba de una actividad potencialmente peligrosa, indiscutiblemente dolorosa y más allá de mi presupuesto; así que fui.

La noche antes de ir al curso, mi abogado compró The Big Lebowsky y rompió su dieta; como consecuencia, ingerimos un par de caguamones y nos desvelamos. Al momento de retirarme a mi cubil estaba tan cansado que opté por no ir al baño (aunque me sacudían las ganas)y caí desmayado sobre la ropa sucia (estaba más acolchonada que mi cama).

Si bien no ocurrió ningún bochornoso accidente, sí me desperté ridículamente temprano para aflojar mi esfínter. Eso fue lo malo. Me topé con mi abogado, ya listo para trepar piedras, y me dijo "vaya, creí que ya no ibas".
Y sí fui.
Oh sí que fui.

La experiencia de la pared no podía en ninguna forma prepararme para lo que me esperaba. Esto no era una pared cómoda y artificial. Estas eran piedras naturales, filosas como navajas y con pocas y diminutas grietas; mismas que debían ser utilizadas para impulsar mis 58 kilos hacia la cima.

Los problemas comenzaron desde que me puse el arnés. Según me dijo el sujeto que me lo puso (un británico con un parecido sobrecogedor a Apu de los Simpsons), el inconveniente de mi arnés es que yo estaba demasiado flaco. Pero me aseguró que serviría y le creí.
Luego logré ponerme los zapatos: esas zapatillas están diseñadas para dos cosas, infligir dolor y deformar los pies. De por sí son apretados, pero además tuve que afrontar el horroroso hecho de que absolutamente todos los presentes calzaban por lo menos un número menos que yo.
Entonces, tras muchos preparativos me lanzé a escalar.
En el primer intento no me fue tan mal, llegué a la altura que debía llegar, no me cai, no grité como niña... Bajé triunfante y algo asustado. Entonces noté que a mis piernas les había atacado el síndrome de tambor y que tenía sangre en las manos.
Decidí que sin dolor no había gloria y busqué otro sitio para trepar. El sitio que escogí resultaba considerablemente más complicado. Implicaba sortear una formación rocosa que la hacía de "techo". En el primer intento me cai, pero mantuve mi dignidad. En el segundo cai y solté un pequeño gemidito poco viril; pero nadie lo notó.
Pero el tercer intento...
ah... en el tercer intento cai otra vez. Y al caer el arnés me sostuvo con tanta firmeza que un grito de agonía absoluta brotó de mi sin que yo pudiera evitarlo.
Gritar era bastante malo de por sí, pero lo que grité fue esto: "AAAAGHHH ¡Explotó mi huevo derecho!"
...
No teman, ya revisé la zona afectada, y a pesar de cierta inflamación y el delirante dolor, creo poder garantizar que el huevo dañado sanará del todo y seguirá funcionando como hasta ahora.

El saldo de mi expedición a las piedras fue el siguiente:
Sangre en las manos, dolor en los brazos y en las piernas, un huevo casi reventado (el derecho, para ser específicos), y vergüenza.

La moraleja de la historia es que hay gente que no sólo disfruta esto, además paga por ello. Esto me lleva a una deprimente conclusión: si no soy rico, es por imbécil.
¿Qué me hizo pensar que encontraría la alegría entre las piedras?
Ahora estoy sentado en la computadora, escucho metal y tengo una cerveza helada: soy feliz.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

ajajajaja, buen post!!
Me temo que por esta vez, solo por que es domingo y estoy de malas, me vere obligada a decirte: Te lo adverti!!!
Doom Doom Doom Doom

GabY P. Medina dijo...

ya era hora que fueras a escalar con el abogado!!! lástima lo de tu amiguito, pero q bueno q todo resultó bien jaja....un abrazo! y espero q sigas escalando.

Anónimo dijo...

¿Qué carajos estabas pensando en escalar un risco? ¿Qué te impulso a ir a los dominos de la naturaleza?

Tus praderas son las calles y banquetas de la ciudad, tus riscos y montañas son los edificios y torres de oficinas, y tus ríos y arroyos son las tuberías y alcantarrillas.

Anónimo dijo...

chupe botana y a la verga

Bee dijo...

Si vas a caer, y decides darle una segunda oportunidad a las rocas, mejor haz rapel!

(te lo dice la chica que alguna vez casi murió en Hidalgo tras tda una tarde de ecoturismo... y encontró disfrutable la actividad antes mencionada)

Anónimo dijo...

hola yo he tomado varios cursos con el grupo que dices y afortunadamente siempre ha salido todo bien, creo que si las cosas se hacen con gente que sabe hacerlas no debe existir ningun peligro.. en realidad si les recomiendo esta actividad.. con el Grupo Expedicionario o con cualquier otra persona que tenga la suficiente experiencia para enserñarte... Felicitaciones a tipor intentarlo aunque sea una vez.. y felicitaciones al Grupo Expedicionario Mexicano..