sábado, 4 de octubre de 2008

Much ado about nothing


Me dice una de mis compañeras de trabajo que el diablo se metió a su guitarra electroacústica.
Esto, debo admitirlo, es nuevo para mi. He escuchado de casos en los que el diablo se ha intoducido a computadoras, a vehículos, a niños y uno que otro animal. El diablo ha perdido "catego". Compus, coches y bebés los entiendo; son excelentes medios para hacer el mal. Incluso lo de los bebés es demasiado obvio, de por sí son malvados. Pero la guitarra electroacústica de una chica que toca en el metro es absurdo.
El caso es que intenté explicarle a mi compañera éstas cosas. Fracaso rotundo; mis palabras -aunque aparentemente coherentes- no podían ser ciertas. ¿Por qué? porque su amigo chamán confirmó la diabólica presencia.

Luego intentó convencerme de llevar a bendecir mi dinero. Para que durara más, se entiende.

Mi horóscopo dice que me prepare para un viaje. Mi horóscopo tiene razón; la próxima semana conoceré Guadalajara y no sé si regrese. Debo alcanzar Guadalajara y de ahí llegar a Zapopan. Debo inflitrarme entre los metaleros sin que sospechen que no soy uno de ellos. Debo regresar al Df antes del lunes o perderé mi trabajo.
Lo mejor es que lo único que sé de Guadalajara es lo que puedo deducir del nombre. Y eso tampoco es mucho (sólo que asumo que la palabra "Guadalajara" es árabe).

Pero no importa, estoy de buen humor: hoy cumplo un año de haber llegado al Df.
Contra todo pronóstico estoy vivo. Y nada me hace pensar que no vaya a seguir estándolo por otro rato.

2 comentarios:

Bee dijo...

Come tortas ahogadas, habla mal de los chilangos, y vive para contar otro día!

Anónimo dijo...

GuaRda la jara?