miércoles, 10 de diciembre de 2008

La luz del Flash daña los ojos. Especialmente la del flashback.


(Agradecimientos a la Wiki por completar la info que me faltaba)

Hace aproximadamente un mes trabajaba aún en la librería de budistas. Hace aproximadamente un mes me obligaron a asistir a la presentación de unos libros. De una trilogía.
El autor era un señor francamente regordete de apellido Schneider. El buenazo de Schneider era medio panzón y se le veía complacido consigo mismo. Increíblemente, no recuerdo el nombre de los libros. Lo que sí recuerdo, sin embargo, es que los edita la ignominiosa editorial Pax y que versan sobre el fantástico arte de curarte tu solo. ¿Cómo? pues eso es algo que sólo leyendo los libros, teniendo mucha fe, y siendo francamente temerario se puede saber. Huelga decir que yo no lo sé. Y es que no puedo quitarme la idea de que las palabras "new" y "age" podrían aplicarse bien al arte de la autosanación, aunque mejor me abstengo de decirlas.

La presentación fue encantadora.
Imaginen una pequeña sala de eventos en el segundo piso de una novísima librería/centro cultural en la colonia Roma. Imaginen esa sala llena de adultos con aspecto más bien fino, todos muy elegantes (en su mayoría mujeres) y todos con rostro serio. Imaginen al regordete Schneider ante ellos, hinchado de orgullo, y hablando.
"Lo primero que deben saber es que no hay nada más terrible para su espalda que estar sentados. Lo segundo es no hay nada más terrible para sus pies que caminar sobre concreto. Y si los pies no están bien, el resto de su cuerpo no lo está."
Hasta aquí vamos bien.
"Además", prosiguió, "¿sabían que la llamada 'ciencia' médica basa todos sus conocimientos de oftalmología en unas investigaciones realizadas en Austria en el siglo 19?, ¿Sabían que esas afirmaciones nunca han vuelto a ser cuestionadas?: ¡no hay científico o médico que haya investigado más allá de eso!"
Aquí ya no vamos tan bien. Concedido, los médicos son -por regla general- unos bastardos que sólo quieren dinero. Pero es precisamente por eso que me cuesta trabajo creer que no hayan investigado.
Sin embargo, me desvío del tema; regresemos a nuestro gurú de la sanación personal.
"En un taller que hice en Chicago, mediante unos sencillos ejercicios -que pueden aprender en éste libro- logramos mejorar en un 97.83% la vista de los asistentes del taller. A algunos les curamos la miopía o la hipermetropía. Permítanme explicarles cómo con estos fáciles ejemplos".
Y entonces ocurrió.
La sala, llena de adultos de aspecto serio, se lanzó a divertirse como si hubieran bebido tres caguamas cada uno. Se quitaron los zapatos, intentaron hacer equilibrio sobre una bola de tenis, se agarraron los pies y los pegaron a sus traseros, apagaron la luz, cerraron los ojos, cantaron un poco (una sola frase: "la página es blanca, la tinta es negra"), prendieron la luz, se asombraron, aplaudieron y, al final, compraron algunos de los libros.
Los ejercicios sin zapatos eran para evitar los dolores de espalda y los musculares. Los de la luz, eran para curar la ceguera. El mantra tenía una función similar. Participé activamente durante todo el tiempo.
...
No sé, quizás me faltó fe. Aún necesito mis anteojos.
Quizás fue sólo la falta de rigor. De todas formas, me parece que este sistema de curarte la ceguera con fuerza de voluntad no es nuevo. Me parece que un escritor famosillo de apellido Huxley publicó un libro al respecto también. Si no me equivoco, Huxley se basó en el método de un tal Horatio Bates para curar su vista: luego, intentando demostrar su eficacia, quiso leer, sin anteojos, una carta ante un público. A la mitad del asunto sacó una lupa.

Supongo que quedé decepcionado. Realmente no soy difícil de convencer en cosas así; le creo hasta a Crowley. No sé cómo le hizo el señor Schneider para no persuadirme.
Por cierto.
Debería aclarar una cosa: la mejora en la vista de los asistentes del taller de Chicago, tristemente, no puede ser demostrada: ningún oftalmólogo o científico quiso investigar el milagro.

P.d. Para un ejemplo de salud natural más divertido, miren esto. Cortesía de un amigo.

6 comentarios:

Nell dijo...

Huxley?? el del mundo feliz??

El libro del link... es broma, verdad?

Anónimo dijo...

GROSS!!!! WTF??!!
Realmente me pregunto si alguien estara dispuesto a probar las recetas de ese libro... El horror, El horror!!
Tal vez Herr Scheider este dispuesto a incluir algunas en su libro. Digo, una buena dieta siempre ayuda a curar al paciente... ajajaja

Bee dijo...

Rediantre... ni modo, tendré que aceptar que estoy estudiando una carrewra que seguro sólo frenará el progreso de personas como ese iluminado alemán

Anónimo dijo...

Conozco gente que no necesita ninguna receta del libro para atascarse de semen…

Por lo que respecta a los remedios para la vista de Schneider, para mí es brujería hippie

Gordipé dijo...

Quizás a tu pesar... me gusta tu blog, chato.

El libro de recetas... odio cocinar.

Una gorda.

Nell dijo...

Hey Beto sigues vivo? Ya postea!